Estas dos manzanas las pinte en casa después de la otra pintura en la que me equivoque y las puse del revés,al contrario de la caída de las hojas, estas me las invente y las manzanas las copie del natural, las puse sobre la mesa y las ilumine con una lampara.
Recordando las lecciones de la profesora, repetí el cuadro en una tabla, no se si las hojas son de manzano o de otro frutal, hace muchos años que no veo uno al natural, recuerdo que en la ciudad donde yo viví hace diecisiete años, tenia unos vecinos que en su casa, en un patio interior tenían frutales y entre ellos un manzano, por mucho que me esfuerzo no consigo recordar si las hojas eran picadas o lisas. Lo que si que no ha borrado mi memoria es como pelaban y cortaban las manzanas los hermanos Jerez, como no las trataban contra las plagas se les picaban todas, por eso ellos para aprovechar algo de la fruta, de lo que podían sanear hacían compota y la congelaban. A mi me llamaba mucho la atención que siendo tan mayores tuvieran las ideas tan modernas, la más pequeña de los hermanos me llevaba más de veinte años, eran once, allí vivían seis solteros, dos hombre y cuatro mujeres, los otros cincos, dos monjas y tres casados. Una gran familia y muy buenos amigos.
Recordando las lecciones de la profesora, repetí el cuadro en una tabla, no se si las hojas son de manzano o de otro frutal, hace muchos años que no veo uno al natural, recuerdo que en la ciudad donde yo viví hace diecisiete años, tenia unos vecinos que en su casa, en un patio interior tenían frutales y entre ellos un manzano, por mucho que me esfuerzo no consigo recordar si las hojas eran picadas o lisas. Lo que si que no ha borrado mi memoria es como pelaban y cortaban las manzanas los hermanos Jerez, como no las trataban contra las plagas se les picaban todas, por eso ellos para aprovechar algo de la fruta, de lo que podían sanear hacían compota y la congelaban. A mi me llamaba mucho la atención que siendo tan mayores tuvieran las ideas tan modernas, la más pequeña de los hermanos me llevaba más de veinte años, eran once, allí vivían seis solteros, dos hombre y cuatro mujeres, los otros cincos, dos monjas y tres casados. Una gran familia y muy buenos amigos.
