En el campo



En el año 2002 y puede que algunos mas, (la memoria ya va fallando), tuvimos una profesora que nos ponía por grupos, sacaba fotocopias de laminas sacadas de las pinturas de otros pintores y nos hacia copiarlas. Lo malo es que en estas fotocopias podían destacar cualquier color menos los originales, en la que a mi me toco casi no había colores. Así que con la pobre base con que contaba me puse a pintar.
Primero situar los personajes y dibujarlos con carboncillo, solo un esbozo, luego vino el manchado y mas tarde el ir perfilando las figuras de las niñas, la mano de la mayor me costo mucho trabajo, es una mano medio cerrada y con dos dedos sostiene el sombrero, es en estos casos, como es la anatomía de los seres vivos, es cuando mas se echa en falta los conocimientos que da el dibujo, como pude lo hice, repitiendo una y otra vez, hasta que me canse y la deje como esta, pensando en retocarla cuando tuviera mas conocimientos.
No se que colores tendrá el cuadro original, yo puse los que a mi me gustan, que son los de la naturaleza.
La pintura esta muy poco valorada, gracia a Internet podemos ver y conocer a los grandes pintores que hay hoy día y que aun están por reconocer por las grandes galerías de arte ¿Qué esperan?
Después de ver a tan grandes artistas, casi me da vergüenza exponer aquí mis trabajos de aficionada, ¿Por qué lo hago? Pues para ejercitar la memoria, mientras escribo recuerdo palabras, hechos, momentos de mi vida que casi tenia olvidados. Hacer amistades, entrar en otros blog para conocer lo que otras personas hacen, piensan y sienten, decir cosas que en persona no las diría, pienso que dentro de cada persona hay otra que es extraña para los demás ¿quien conoce a quien, si nosotros mismos no nos conocemos?

Dibujos a carboncillo



Hoy subo al blog, mi primer dibujo hecho en los talleres del distrito Triana -Los Remedios.
Empecé a pintar en el año mil novecientos noventa y cinco. Desde pequeña sentia la inquietud por el dibujo y la pintura, cuando tenia un lápiz en la mano y en cualquier trozo de papel pintaba árboles, casas, caras y perfiles de personas. A los trece años me dio por copiar de los tebeos y fotografías (un día subiré esos dibujos que aún los guardo). En aquella época yo no sabia lo que era un carboncillo, había oído nombrarlo a mi madre, al referirse a lo bien que dibujaba su padre con este utensilio para el dibujo, y así era ,ella conservaba dos de sus dibujos, el pie de una persona y la cara de un muchacho, los dos perfectos. De dedicarse a la pintura hubiera sido un gran pintor.
Mi madre, cuando vio mi afición por el dibujo, me inscribió en unos cursos que había por correspondencia, pero aquello no me gusto ya que había que copiar y enviarlo por correo, al cabo de los días te lo devolvía corregido. Ya no recuerdo si me aconsejaron que para pintar bien tenía que prácticar mucho, seguro que sí, pero los pocos años me hacían pensar que sin el profesor a mi lado no lograría aprender. En parte llevaba razón, lo que no sabia era que en esta vida para llegar a dominar cualquier cosa, llamese arte, oficio o profesión, tenia que estudiar y trabajar mucho.
Perdí la ilusión por dibujar, pero dentro de mi quedo una pequeña llama que cuando me dieron la oportunidad aproveche para llevar a cabo aquello que en mi niñez trunque.
Dice el refrán "Nunca es tarde si la dicha es buena" Después de cuarenta años de mis primeros escarceo con el dibujo, lo retome con verdadera ilusión, haciendo realidad aquella necesidad, sentimiento o como se llame eso, que nos lleva a pintar y nos hace tan feliz hacerlo.

Marinela

Molinos de viento


Llevaba unos dos años pintando, cuando hice este cuadro. En la pincelada se nota la falta de practica y experiencia.
Lo copie de una fotografía pequeña. Es un anochecer, cuando ya el sol está oculto pero aun sus rayos colorean el cielo. Al fondo unas montañas que por su lejanía se veían azuladas detrás de la niebla que las cubrían. El día había sido lluvioso, el agua en el camino lo atestiguaba, la ultima luz la hacia brillar por los surcos de la tierra que a su paso dejaron los carros cargados de trigo en su ir y venir hacia el lugar donde el grano dejaría de ser tal, para convertirse en la blanca harina. Gracias a ella, millones de seres pueden calmar su hambre con el pan que nos da este cereal, y gracias a los molinos, que con el el ingenio y el esfuerzo del hombre dieron de comer a la humanidad desde tiempos muy lejanos, cuando la comida escaseaba y el hambre los consumía.

Marinela