Cuando vi esta pintura, me gustó mucho e intente copiarla. No la hice exactamente igual, pues tenía en el camino un gato echado y un árbol, este desnudo de hojas, delante de la casa. (En estos momentos no recuerdo el nombre de su autor) Lo que llamó mi atención de la composición, fue la figura de la muchacha echada en el muro de piedras, parecía que esperaba algo o a alguien: al marido, al novio, quizás a su padre de vuelta de la ciudad, o, solo contemplaba el paisaje que tenia delante de sus ojos, de tierra rojiza y verdes árboles, seguro que detrás del muro había algunas florecillas como las margaritas y amapolas que tanto abundan por el campo.
Recuerdo que me costó mucho trabajo conseguir la perspectiva del camino, pero a fuerza de observar el modelo y de dar pinceladas por aquí y por allá, se fue corrigiendo lo que en principio parecía más una pared que un camino.