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El campo de girasoles

Recuerdo perfectamente el día que pinte este cuadro. Como siempre en aquella época buscaba los motivos en las revistas y periódicos. Esta está sacada de uno de ellos, un campo de girasoles y a lo lejos un caserío, no recuerdo de donde era la fotografía, puede que fuera un campo andaluz, entonces se llamaría la casa, cortijo. 
Como otros muchos lo pinte en casa, en la primera vivienda que compramos aquí, cierro los ojos y me veo en el salón con mi caballete y la caja de pinturas sobre la mesa y un olor a aguarrás que si a mí no me molestaba a los de la familia sí. Así que en cuanto llegaban me hacían abrir las ventanas para ventilar.
Este fue uno de los que me gustó pintar , lastima que lo hiciera tan pequeño, hubiera lucido más en un lienzo mayor, esta pintado en tabla en el año 1997.
Llevaba dos años pintando y aún no tenía mucha idea de la técnica. Intentaba copiar lo que veía, aún hoy no consigo hacer una pintura de trazos sueltos, ya será difícil que lo consiga, pero me es igual, esto de pintar es una distracción y nada más. 

 Marinela




De vuelta

Llevo algún tiempo sin publicar y sin acceder a mis blogs.
Me gustaría que esta racha acabara  y volver a los años en que pintar y escribir  me hacía feliz. Quiero volver al bienestar que ello me daba.
La semana pasada fui a Cáritas a renovar mi inscripción para el taller de pintura.
Allí me dijeron que llevaba doce años colaborando con ellos, y yo agradecida por esas dos horas semanales, que me dan de convivencia con otras personas con mis mismas inquietudes y deseos de comunicación.
Este curso de 2017/2018 he aprovechado poco el tiempo, solo he pintado dos cuadros pequeños y otro sin terminar.
La técnica ha sido con acrilico.

Molinos de viento


Llevaba unos dos años pintando, cuando hice este cuadro. En la pincelada se nota la falta de practica y experiencia.
Lo copie de una fotografía pequeña. Es un anochecer, cuando ya el sol está oculto pero aun sus rayos colorean el cielo. Al fondo unas montañas que por su lejanía se veían azuladas detrás de la niebla que las cubrían. El día había sido lluvioso, el agua en el camino lo atestiguaba, la ultima luz la hacia brillar por los surcos de la tierra que a su paso dejaron los carros cargados de trigo en su ir y venir hacia el lugar donde el grano dejaría de ser tal, para convertirse en la blanca harina. Gracias a ella, millones de seres pueden calmar su hambre con el pan que nos da este cereal, y gracias a los molinos, que con el el ingenio y el esfuerzo del hombre dieron de comer a la humanidad desde tiempos muy lejanos, cuando la comida escaseaba y el hambre los consumía.

Marinela

El pozo


El día que vi la fotografía de este cuadro, estaba con mi madre, ella, leía un periódico y como todos ellos, traía un suplemento donde, en la portada de este, venía la imagen de un pozo excavado en un muro de tierra, con un cubo hecho de zinc atado a una cuerda de cáñamo y esta pasada por el carril hecho de hierro que colgaba de un gancho en la pared.
Nada más verlo supe que quería pintarlo.
La fotografía era plana, apenas tenía contraste, solo sobresalía el agujero negro de la boca del pozo, el carril y el cubo viejo y enmohecido.
Me pareció que seria fácil pintarlo, pero no fue así, darle la profundidad al muro me llevo varios días, al igual que el brocal donde se apoya el cubo.
No sé muy bien que es lo que me atrae tanto de esta imagen, ¿recuerdos de la niñez del pozo de mi casa? cierro los ojos y veo a mi madre sacar cubos y cubos de agua de aquel pozo, que aun en los veranos mas calurosos nunca se agotaba para regar los arriates que rodeaban todo el patio. A pesar de ser el agua salobre, no servía para beber, las plantas estaban preciosas. Las gitanillas, colgadas a más de metro y medio del suelo, llegaban los tallos llenos de flores de todos los colores casi a este, la buganvilia era una explosión de color y los jazmines y la dama de noche impregnaban con su perfume toda la casa.
Recuerdo que cuando el sol se ponía encima del pozo, yo cogía un espejo e iluminaba el fondo de el, esperando descubrir en aquel agujero tan profundo y negro, una cueva donde alguna persona en un tiempo lejano, pudiera haber escondido un tesoro. ¡Que imaginación! cosas de la infancia.

Marinela

Esperando


Cuando vi esta pintura, me gustó mucho e intente copiarla. No la hice exactamente igual, pues tenía en el camino un gato echado y un árbol, este desnudo de hojas, delante de la casa. (En estos momentos no recuerdo el nombre de su autor) Lo que llamó mi atención de la composición, fue la figura de la muchacha echada en el muro de piedras, parecía que esperaba algo o a alguien: al marido, al novio, quizás a su padre de vuelta de la ciudad, o, solo contemplaba el paisaje que tenia delante de sus ojos, de tierra rojiza y verdes árboles, seguro que detrás del muro había algunas florecillas como las margaritas y amapolas que tanto abundan por el campo.
Recuerdo que me costó mucho trabajo conseguir la perspectiva del camino, pero a fuerza de observar el modelo y de dar pinceladas por aquí y por allá, se fue corrigiendo lo que en principio parecía más una pared que un camino.

Manzanas

Esta pintura la hice el mismo año que los limones, y en el mismo lugar,la habitación pequeña del colegio de los Padres Blancos.
Fue un año muy provechoso, pinte este de las manzanas y el de los limones, así como otros dos con los mismos modelos ,pero ya en casa y hechos en tablas que yo preparo con Gesso.
Lo de las tablas, empezó por que quite un armario viejo y este tenia un montón de madera que me dio pena tirad, una que es practica, le busque una aplicación, prepararlas para la pintura, cuando llevo un tiempo sin tomar los pinceles, practico en las tablillas, y cuando me suelto un poco tomo los lienzos.
La pintura en la tabla es mas difícil, las primeras capas hay que darlas muy finas dejar que se seque y volver a pintar hasta que va tomando grosor el óleo.
Este cuadro tiene un error de perspectiva, las hojas están para abajo y las manzanas para arriba. Pero cuando me di cuenta ya estaba casi terminado, y la verdad , me dio pena deshacerlo, después del trabajo que me llevó hacer las manzanas y darles el volumen, no me apetecía volver a empezar.

Marinela

Hortensias


Estas hortensias las hice en el taller que teníamos en el colegio de los Padres Blancos.
Ya no estábamos en la pequeña habitación que nos dieron el curso anterior, sino en una sala grande que servía de gimnasio. Esto era otra cosa, ya que nos podíamos retirar, para ver la pintura de lejos y observar el efecto de las pinceladas en el lienzo.
Esto es la copia del cuadro de otro pintor, si se puede llamar copia a esto que yo pinte. En el original había dos flores más pequeñas y difusas, como perdidas en el fondo, en este colgaban unos visillos transparente, que yo no pinte por falta de experiencia y la dificultad que para mi tiene el pintar los pliegues de las telas.
En el fondo de mí, no quería hacer una copia exacta, sino algo más personal.
Al comparar mí pintura con las que habían hecho otras compañeras, todas eran diferentes , pero la mía era la que menos se parecía al original.
Las flores están hechas con el dedo, la verdad es que fue un gusto hacerlas.

Marinela

Rama con limones


     Este es otro de los pocos bodegones que he pintado.
Hace años, cuando llevaba unos cuantos en  los talleres, nos pusieron una profesora que le gustaba que pintáramos del natural, decía que así se aprendía mejor, y así es.
Para estos limones, no recuerdo si eran de plástico, nos dio solo cuatro colores, sombra natural, azul, amarillo de cadmio y blanco.
Yo me preguntaba,¿ y el verde para las hojas? aun no sabia que con estos colores podía sacar este,  en muchas tonalidades.
A fuerza de retocar los limones, estos se fueron agrandando, sin darme cuenta que las hojas se quedaban pequeñas para ellos.
Esta pintura me trae buenos recuerdos, aquellos días en que nos reuníamos un grupo de mujeres, en el colegio de Los Padres Blancos, en una clase tan pequeña que casi no nos podíamos mover, pero había compañerismo e ilusión y muchas ganas de aprender, nos animábamos unas a otras y disfrutamos de aquellas tres horas que estábamos juntas practicando nuestra afición.

El desvan


Cuando vi por primera vez la fotografía de la cual pinte este cuadro, me llevo a mi niñez, a la casa de mis padres, una casa grande de varios siglos,(según contaba mi padre) de un pueblo de la provincia de Sevilla.
Yo era una niña curiosa, deseosa de saber,(mi madre me decía que siempre le estaba preguntando el porque y el cuando de las cosas) así que la curiosidad me hacia subir a los  soberados o "soberao",( que así es como llamamos aquí en Andalucía a los desvanes,) venciendo el miedo que le tenia a los gatos que campaban a sus anchas por ellos, subía las escaleras haciendo ruido y diciendo en voz alta ¡zape,zape! para ahuyentarlos
Una vez arriba, curioseaba todos los cachivaches que allí había y me asomaba a la ventana desde donde veía unos de los patios de la casa, lleno de flores que mi madre cuidaba con todo el cariño y esmero que ella tenia para las plantas.
Al pintar el cuadro ,cambie la vista desde la ventana, suprimí un trozo de tejado que se veía en la parte baja, y me imagine un campo de trigo a punto para segar y unas montañas ,casi invisibles por su lejanía.En la parte derecha se ve un zurrón ,un cesto y un bastón,lo que me llevo a situar el desván, en un caserío en el campo.

Árboles solitarios



La fotografía que escogí para esta pintura no tiene nada que ver con lo que al final salio, era  un contraluz muy fuerte, los árboles eran negros y el primer plano también , la verdad es que no decía mucho la foto en cuanto al color, pero  lo que me llamo la atención fueron los dos árboles solitarios, en un campo de trigo segado y bañado por los rayos de sol del atardecer de un día de verano.                                                                               Conforme iba avanzando  la pintura, me fui olvidando de la foto que tome como modelo y los colores fueron fluyendo del pincel tal como en mi mente veía este paisaje.
 Lo empecé el año pasado y lo he terminado este. Esta pintado en una tabla.

Río y árboleda



Este cuadro hace unos 
cinco años que lo pinte, le dedique mucho tiempo, no más de tres horas a la semana durante dos meses.
Me gusto tanto este paisaje que hice todo lo posible por llevar al lienzo aquellos detalles que mas me atraían, los reflejos del agua, las ramas del árbol en el primer plano, el puente y el cielo con sus nubes. Me encanta pintar el cielo y los ríos y sí estos tienen muchos reflejos, mejor. El mar me es muy difícil, aun no he conseguido pintar algo sobre él, que me deje satifescha.
En esa época iba al taller de pintura de Ana María Rodríguez, en Triana, esta chica es encantadora, con ella aprendí mucho, respetaba mi gusto en los colores, me explicaba como seguir ante un bloqueo, sin tomar los pinceles y pintar ella en el cuadro, sabía que a mi no me gustaba que otras manos lo tocaran, ya que las pinceladas es como la escritura, personal e intransferible, se puede copiar pero nunca será igual.
Deseo que os guste como me gustó pintarlo a mí. 
   

A la caida del Sol




En el año 2004 hice varias pinturas, una de ellas fue esta.  Es una puesta de Sol y el agua es un río con una pequeña isleta donde se arremolina el agua.
Recuerdo que lo pinte a la primera. Así es como más me gusta pintar, cuando mis manos se mueven por lo que siento, no por lo que pienso. Los matorrales eran oscuros por que la fotografía era un contraluz, al manchar el lienzo al hacer el esbozo lo hice con rojo carmín, así que al llegar a esa parte del cuadro, donde tenia que poner marrones o verdes oscuros lo deje como estaba, me atreví a poner un poco de fantasía al igual que esa niebla que esta encima del agua  
Hoy he vuelto a pintar, hacia cuatro meses que no tocaba los pincéles, lo he pasado muy bien, como siempre que pinto se me pasan las horas sin darme cuenta, mi reto a partir de ahora será encontrar tiempo para hacerlo como mínimo dos días a la semana. ¿Lo conseguiré?
  
  


Puesta de sol


Hojeando una revista de viajes una pequeña foto atrajo mi atención, no  tenia más de cinco centímetros cuadrados, era una puesta de sol maravillosa, de las que a mí me gustan, con el cielo lleno de color y el  Sol reflejándose en el mar, la pequeña isla y la tierra al fondo, no había  más, pero a mí me decía mucho, tan es así que en tres sesiones de tres horas lo termine.
        Mis compañeras de taller  decían que como podía pintar de una foto tan pequeña y sin detalle, conteste que solo quería el color, lo más difícil en pintura, copiar los colores de una puesta de Sol, he llegado a ver cielos con nubes a la caída de la tarde, con tanta belleza que no he podido quitar los ojos de el.

           Recuerdo a la vuelta de un viaje a Málaga al pasar por Arahal, la puesta de Sol era impresionante, los  colores pasaban del azul más claro al mas oscuro, el rosa salmón era de lo mas delicado, entre ellos  vi un verde esmeralda que no había visto nunca en el cielo y el blanco y gris de las nubes atravesadas por los rayos del Sol, eran inigualables. 

Estanque de los patos

Esta pintura es del Parque de Mª Luisa, del puente que cruza el estanque de los patos. De las cosas más bonitas que tiene Sevilla es su Parque. Siempre que voy me llevo la cámara de fotos y fotografió todo lo que veo una y otra vez, por que siempre hay algo nuevo, la naturaleza cambia día a día.
En invierno, las avenidas lucen sus árboles con sus ramas desnudas. Llegando la primavera todo se llena de color y es tal la variedad de plantas y de flores, que no sabes a cual de ellas dirigir la cámara para llevártela a casa y seguir disfrutando de su belleza.
   De esta pintura lo que más me costo hacer, fueron las piedras del puente y el seto, lo que más me gusto el agua.
    


Cocina en Zaragoza



Esta pintura tiene su historia, nunca estaba satisfecha  de como quedaba, pintaba y guardaba, así hasta que un día me vino la inspiración,y en un par de día la termine. La silla, la dibuje en un papel varias veces hasta que conseguí darle forma, la volví a dibujar, ya en el lienzo, y la pinte con el oleo,  salio a la primera.                                                                       Cuento esto por que yo no tengo estudios de dibujo ni pintura, solo he ido a unos talleres del Ayuntamiento de mi ciudad, allí me dieron las primeras nociones y después con libros sobre como pintar y practicando he aprendido lo poco que se.   Esto sí se lo que es, la cocina de una casa  muy antigua de Zaragoza.     

El Pilar de Zaragoza



 Esta es la pintura que mas gusta a todos mis amigos y familiares. La pinté en dos dias, la copié de una foto de un folleto de viajes.No se que ciudad es, pienso que puede ser Zaragoza. El marco es antiguo, lo limpié quitandole la pintura vieja y encerandolo. Quedo como lo veis,madera labrada en su color natural.                        Deseo que os guste.