NUEVA EXPOSICIÓN A BENEFICIO DE LA AECC

Hoy subo esta entrada del blogs de mi sobrina Amelia, tiene un hobby precioso, entrar en el y así ella misma os cuenta  como arregla estas muñecas y como comenzó su afición a vestirlas. ¡Son una preciosidad!
Las prestas para eventos benéficos.



domingo 12 de diciembre de 2010


NUEVA EXPOSICIÓN A BENEFICIO DE LA AECC


En Febrero voy a volver a exponer mis muñecas en el Real Circulo de la Amistad de Córdoba a beneficio de la Asociación Española contra el cáncer. Es la segunda que hago en Córdoba capital . Hay nuevas Barbies vestidas fiesta, de novia, de flamenca, que no estaban en la primera exposición . Tengo que volver a contarlas pero con seguridad habrá unas 160 Barbies!!

¡Ya estoy de vuelta!

¡Ya estoy de vuelta! Dispuesta a seguir pintando, a seguir con mis blogs, a volver al gimnasio en cuanto pueda. Tengo que aprender a manejar la Thermomix que mi hijo me ha regalado, a continuar con los panes, a volver a tener ilusión por la fotografía, a hacer limpieza en mi ordenador y nunca mejor empleada la palabra, ordenar todo lo que tengo dentro de el. También me he propuesto hacer limpieza en los armarios y tirad todo aquello que lleve años sin usar. Hay que dejar sitio para las cosas nuevas, abrir las ventanas para que entre el aire puro.Cada vez que respiro, me doy cuenta de lo afortunada que soy.
En estos meses he visto toda la luz que hay en mi vida y a cuantas personas de mi entorno le importo y me aman. Ellos, se que lo han pasado peor que yo, pero lo Divino ha hecho que me enfrente con toda tranquilidad y confianza a todo lo que podía venir.
Esta experiencia me ha hecho más fuerte, estoy más segura de mí y las palabras, cáncer y muerte ya no me dan miedo. La primera es una enfermedad y la otra es lo inevitable, a la enfermedad, mantenerla a raya, a la muerte... recibirla en paz.
Por ahora estoy muy bien de todo, la Inevitable puede llegar en cualquier momento, pero por ahora no vendrá acompañada de Cáncer.
Así que ¡ha vivir que son tres días! Dejemos de marear la perdiz y llamemos a las cosas por su nombre. ¡Al pan, pan y al vino, vino!
Esta es mi copia del cuadro de Monet,  Las amapolas.  Lo regalé a una de mis hermanas. Hace unos meses lo recordé y vi que no tenia fotografías de el, así que le pedí que me lo dejara para hacerle una para recuerdo y para el blog.
Al tenerlo en casa me di cuenta que los colores se habían apagado mucho al haber usado una pintura sin calidad y otra cosa que le ha pasado es que al estar pintado en una tabla fina, esta se ha doblado por lo que no merece que lo enmarque. 
Ya le he prometido que le pintaré otro en lienzo y con el motivo que le guste  ¡Claro, y que me guste a mi también! No se pintar si no me motiva lo que tengo que hacer.
Esta pintura ya la subí hace unos meses, pero tenía ganas de escribir y no he repasado lo que tenía en el blog,  
Da igual, otro día subiré una nueva de las pocas que quedan, ya solo me queda decir, que estoy muy contenta y que en mi vida, a partir de ahora, no dejaré que se apague ni la mas pequeña luz que venga a iluminarme y a darme felicidad.
Gracias a todos aquellos que me han visitado en este tiempo.
              

Presentación de Lacky.blogger.com

Esta es Lacky

   Hoy no subo pintura, hoy os presento a Lacky, esta perrita que un buen día se cruzo en el camino de mi hija.

 No hacia mucho que habíamos hablado sobre que nos haría bien tener un perro, sobretodo por su padre que le gustan, a mi también, pero yo, después de tener dos, le veía el inconveniente de los pelos que sueltan y la tierra que traen en las patas cuando vuelven de su paseo por los jardines y sus juegos y revolcones, en el corralito dedicado a ellos, con otros perros.

Un buen día, como digo más arriba, me llama mi hija por teléfono y me dice ¿Mamá, estás en casa?  No, estoy en la calle Pureza, con mi hermana, hemos salido a dar un paseo para estirar las piernas ¿Que pasa? Nada, que te llevo un regalo. Al momento, por el tono de voz supe lo que era,  ¡Un perro!  Pero...¡no será grande!  ¡No! Seguro que te gusta. Espérame en la rotonda  de las Cigarreras, no tardes. 
Allá que fui a paso ligero llena de curiosidad por ver lo que me traía.  Nada más llegar, mi hija aparcaba el coche y abriendo la puerta sacaba en sus brazos este cachorro, de unos tres meses y medio, según dijo el veterinario. Me cautivo en cuanto la vi.  La acuné entre mis brazos y se quedó quieta, mirándome, con esa mirada que tienen estos animales. Su cuerpo temblaba, tenia miedo, los días que había pasado en la calle, perdida o abandonada y puede que hasta maltratada, la hacían mostrarse sumisa y llena de miedo.
Mi hija la encontró en la puerta de un bar donde estaba una señora con otro perro, al decirle lo bonita que era, la señora le contesto que no era suya, que llevaba allí varios días, lo que corroboro el dueño del bar. La tomó en brazos y se la llevó.
  Así es como ha llegado Lacky a nuestra casa. En dos meses y medio apenas a crecido, solo pesa cuatro kilos, es cariñosa, obediente y juguetona, le encanta que le haga caricias en la panza.
Al no tener ni collar ni chip, el Dr. veterinario nos dijo que podíamos quedárnosla.
Me alegro de haberla acogido en nuestra casa, nos saca temprano de la cama y nos hace salir a la calle haciendo que hablemos con otros dueños de perros mientras estos juegan y hacen sus "cositas".
Las fotos están hechas por mi hijo al que le encanta Lacky.
      

Pastizales

 Hoy estoy aquí...mañana ...no lo se.
Este dibujo al Pastel tiene ya unos cuantos años, es un paisaje holandés o suizo, no lo recuerdo, era muy bonita la fotografía, llena de paz y color. El pasto seco donde las vacas comen y descansan, el caserío propio del lugar y yo pintando una vaca sin tener ni idea de morfología, así salieron las patas del pobre animal que más que patas parecen palos retorcidos.
Aún no he empezado el curso en Caritas, no he podido ir el primer día de clase y el segundo fue fiesta, pasado mañana tampoco podré ir. Hay cosas que vienen de pronto y no se pueden desatender.  

Callejuela

  Aquí estoy de nuevo con ordenador prestado, el mío hace algún tiempo que venía dando problemas hasta que ya dejó de funcionar. Lo he echado de menos, ahora me lo están arreglando, en un disco duro independiente le han sacado mis cosas y hoy me dispongo a subir esta pintura que le gustó  a una de mis hermanas y se la regalé.

Son de estas cosas que ves y te gustan. Venia la foto en un periódico, la perspectiva de la primera casa estaba deformada, se veía rara, ya no recuerdo si era en blanco y negro o tenía algo de color, esos colores perdidos de las fotos de los periódicos.

Lo hice en la época que pintaba mucho en casa, recuerdo que el arco de la casa amarilla me dio mucho trabajo, yo quería hacerlo tal y como estaba en la foto y más o menos lo conseguí.  

Hubo quien me hizo la observación de que estaba torcido, pero a mí me gustaba así, después de todo, en pintura todo está permitido, ¡Las cosas que se ven por ahí!





Manzanas rojas

A pesar del calor que seguimos teniendo en esta ciudad andaluza, hoy me encuentro más animada para hacer una entrada al blog de pinturas. He echado un vistazo y ya quedan pocas por subir al blog, así que, ¡me pongo a pintar o dedicaré este espacio a otras cosas!
Esta pintura es de mi época de aprendizaje copiando a otros pintores. Me compré un montón de libros, unos buenos y otros... mejor que no los hubiera comprado.
Estas manzanas es de uno que para empezar a pintar es de lo mejorcito.
Está pintado en tabla y la verdad es que me fue fácil copiarlo, para ello estaba hecho, para que los novatos y novatas no nos desilucionáramos a las primeras pinceladas.
Pero esta no fue mi primera pintura, ya llevaba algún tiempo pintando.
La primera, ¡primera! la subiré un día de estos, es bueno recordar los principios y el trabajo que me costó hacer un jarrón de cristal, unas flores y una tela, ¡Vamos, lo más sencillo para una principianta! ¡Menos mal que era muy pequeño!

  


  

Río entre piedras


No recuerdo el año que hice esta pintura. La escogí por el colorido y el riachuelo que corría entre las piedras. Está pintada en tabla y no es muy grande. Al principio y durante muchos años le tuve mucho respeto a pintar cuadros de gran tamaño, así que tengo guardados una buena colección de pinturas pequeñas.
Este es un paisaje americano, sacado de fotografía y hecho por mí en casa cuando pintaba todos los días.
Este año como muchos de estos últimos, me hice el propósito de pintar en verano, pero con este calor que tenemos no me atrevo a ponerme por el olor del aguarrás y no poder abrir las ventanas. En estos días de temperaturas de cuarenta grados, hay que tener la casa cerrada a cal y canto, persianas echadas y aún así la casa está en semipenumbra, la luz en la calle es muy fuerte y entra por cualquier rendija.
Para salir hay que hacerlo por la mañana, el día que corre aire se puede soportar pero cuando viene este de África, no hay quien aguante. Por eso los sevillanos son tan aficionados a las playas. Yo prefiero quedarme en casa con mis comodidades y distracciones y no meterme en la carretera abarrotada de coches y las playas donde no cave ni un alfiler más.

El pequeño costalero

  Buscando entre mis fotografías para subir al blog, me decido por estas que hice el día uno de mayo de este año, el día de las cruces. Esta es una costumbre que yo conozco aquí en Andalucía, puede que la haya en otras partes de España y hasta fuera de ella, no lo sé.
Siempre que vi un "Paso" de estos, lo llevaban chiquillos de diez a trece años y hecho por ellos, un cajón con patas, unas telas colgando, una cruz y unas flores, seguramente regaladas por sus madres y vecinas. 
Cuando era  pequeña, recuerdo haberlos visto más humildes aún, no tenían ni telas, la cruz era muy rustica y las flores del campo. ¡Pero cuanta ilusión la de aquellos niños! El "Paso" era tan pequeño que no cabían debajo y entre cuatro lo llevaban por las patas, puestas muy rudimentariamente mientras que otro hacia de capataz. Nunca iban más de cinco o seis, el sexto solía llevar una caja de cartón colgada con una cuerda a modo de tambor y dos palos con los que iba intentando sacar sonidos a su rudimentario instrumento musical.
En todo el centro de Sevilla, en la misma  La Campana, vi este "Paso de Cruz". Lo que atrajo mi interés fue, primero la música que le acompañaba y que me hizo mirar hacia donde sonaba, al levantar la vista me tope con la cruz y al bajarla me encontré con este pequeñajo, que no tenia más de cuatro años y que parecía que su manita estaba pegada a la pata del "Paso". En todo el tiempo que estuve haciendo las fotos y que tardaron en pasar La Campana, no se soltó para nada, seguramente su papá que iba a su lado se lo recomendó y el peque muy obediente le hizo caso. 
Me quedé hasta que marcharon, pensé en cómo los padres inculcan a sus hijos las costumbres del  pueblo, de su gente, de su semana santa, ellos son los que hacen que sigan vivas las tradiciones.

  


Río color tierra

Este año no me he portado mal, este es otro de los cuadros que he hecho, es la pareja del anterior que subí.
Es pequeño y copiado de una pintura de Carlos de Haes. La fotografía es pequeñísima, así que es más  una copia del motivo e interpretación, que una copia en sí.
El agua del río lleva el color rojizo de la tierra, una fuerte tormenta arrastra esta al agua tiñéndola de su color.
Está pintado en madera y hecha en pocas horas, si echara más tiempo, me aburriría y echaría a perder la pintura, no seria la primera vez que me pasa.




Buscando el mar

Hace seis años que hice esta pintura. Después de ver en Málaga una exposición del pintor Carlos de Haes, me quede prendada de su pintura y de sus cuadros casi miniaturas muchos de ellos.
A la entrada me dieron un programa o publicación donde venia su biografía y fotografías de sus pinturas, entre ellas venían esta y otras que ya he subido al blog, aun me queda otra que he pintado este año para hacer pareja con esta y que he regalado a una de mis hermanas. 
Como siempre me pasa, de esta pintura me atrajo su cielo y su agua.  El cielo tormentoso reflejándose en el río y este con su corriente caída en buscar del mar, refleja los colores del cielo como queriendo que el mar se impregne del color de aquel lugar.
Como muchos de mis cuadros está hecho en casa, en una época en la que pintaba todos los días, en el taller tenia uno, y en casa hacia otros.

  

El convento


Hace unos días buscando algo para pintar entre tantas fotografías y recortes de periódicos y revistas, me encontré con las hojas del periódico donde esta la fotografía de esta pintura. La guardo por que en ellas hay tres más de las que pueden salir otros tantos cuadros, uno de ellos sobretodo puede quedar muy sencillo y si lo hago bien, hasta bonito. 
Venían en un reportaje hecho a las monjas del convento de Santa Ángela de la Cruz, creo recordar... no estoy muy segura... ¡Bueno, era un convento! 
Aquí estaba yo en pañales con los pinceles, ¿se nota, a que sí? Pero el motivo de la monja, en la terraza bordando, con esos cortinajes oscuros y la baranda, todo inundado de luz, ¡me encanto!  Parece una pintura naif.
La tiene una de mis hijas y siempre que voy a su casa la miro y me gusta a pesar de verle miles de fallos, para mi sigue teniendo el encanto que le vi el primer día que me encontré con las fotos en el periódico.Este también lo hice sin profesora, pinte como mi inspiración me dio a entender pero con mucha ilusión y paciencia, por que la balaustrada fue lo que más trabajo me costo y el manto de la monja que siempre parecía jorobada y no agachada sobre el bastidor

Playa tropical

Esta pintura es de este año, al principio de curso después de casi un año sin pintar, no sabia que tema escoger para comenzar el curso.Ya había pintado uno pequeño para irme soltando. Escogí algunas fotografías que unas me gustaban más y otras menos. Ante las dudas que me entraron viendo aquellos paisajes, pedí a la profesora que las viera y me aconsejara, mal hecho por que a ella le gusto la que menos me gustaba a mi.
Por no decirle que prefería otra, ya que era el primer año que estaba con ella. Empecé el cuadro con muy pocas ganas y es lo peor que le puede pasar a una persona que quiere hacer algo creativo, no estar motivada.
Iba al taller sin ilusión, deseando terminar esta pintura que no terminaba de gustarme, le veía algo raro y no sabia que era, mis compañeros me decían que estaba bonita, pero yo le encontraba algo raro, el agua no tenia profundidad, estaba de pie, así que cansada de no saber como arreglarlo lo di por terminado.
Una vez en casa, la puse en el caballete donde podía observarlo y me di cuenta donde estaba el fallo.     
Subí la orilla del agua para arriba y cambio bastante la perspectiva, aun así no es una de mis pinturas favoritas, me gustan más las marinas horizontales que verticales como es esta.







   

Bodegón con busto

Un busto de escayola blanco, un paño y un plato. Esto es lo que nos puso la profesora que nos toco aquel año, quería que pintáramos del natural y nos ponía unos bodegones que para pintarlos teníamos que tener muchas ganas y voluntad para hacerlo.
No recuerdo en realidad cual de las profesoras fue la que nos puso esto, pero lo cierto es que casi todos los profesores quieren enseñarnos como debe de ser, primero a dibujar del natural para seguir con la pintura, pero ¡ay! que difíciles somos los mayores, la mayoría se negó a pintar estas cosas, entre ellas recuerdo una maleta vieja con unos zapatos y algo más, ahí si que me negué yo a pintar. ¡Era horrible!  y muy difícil para nosotras. La perspectiva de la maleta abierta, asomando el zapato, era imposible para mi y mis compañeras. Así que quedamos con la profesora que a partí de la semana siguiente, cada una se llevaría una lamina o fotografía que le gustara para pintarla.
A fin de cuentas lo que nos lleva a asistir a estas clases es ante todo el relacionarnos, tener un motivo para salir de nuestras casas, hablar con otras personas y hacer amistades. A todos nos une la afición por la pintura, unos ya sabían de su gusto por ella, otros la descubren en estos talleres y se convierte en su entretenimiento preferido.
Cada uno hace lo que puede, muchos de ellos se sienten satisfechos de sus creaciones y felices, ya es un logro conseguir que tantas personas mayores, un día a la semana se olviden de sus males y tristezas concentrándose, durante tres horas, en su obra de arte que los llena de satisfacción y alegría.  
 
 
                                                                     











Barreño con flores

Esta pintura la he terminado hoy al mediodía en el taller de Cáritas, me he dado prisa porque ha sido el último día de clases. Para el lunes que viene tengo que llevarlo a La casa de las Columnas, en la calle Pureza, Triana, donde se expondrán los trabajos de los alumnos de estos talleres. La exposición durará diez días.
Este trabajo es una semicopia, digo esto porque lo he sacado de una lámina, he hecho mi versión, que ha sido cambiar las flores blancas por azules y lo que era un cesto convertirlo en barreño de bronce o cobre, y si parece demasiado lujo, lo podemos dejar en un humilde latón dorado. También he cambiado el verde de los tallos y las hojas, el que tenía era demasiado esmeralda y no es un verde que me guste mucho. Pienso que con el que le he puesto está más natural y alegre.
No he tardado mucho en hacerlo, el encuadre y manchado lo hice el ultimo día de clase en el distrito, como tenía que empezar uno en Cáritas, me lleve este para ver si lo podía terminar, así que, tres días más de clases y ocho horas en total de trabajo, han dado para que terminara este cuadro.
Estoy contenta, porque siempre tengo la pena de no saber pintar flores y con estas florecillas, no muy ortodoxas, me he quitado un poco la espina y me siento más capaz de intentarlo de nuevo con otras.
Este año he pintado seis cuadros, con este me he dado cuenta de lo mucho que hace la práctica, así que intentare seguir pintando en el verano y no dejarme llevar por la pereza que da el calor de estas tierras.    
Esta pintura como muchas otras, está mejor al natural que en la fotografía, no se que tiene mi cámara que no las capta bien, les salen unas veladuras blancas que en la realidad no tienen.

Marinela

El pescador

No recuerdo la fecha de este cuadro, puede que lo pintara en el año dos mil. Una de mis hermanas tenía unos cuadros antiguos muy estropeados, pero con unos motivos muy bonitos, quería que le pintara uno, el que a mí me gustara, escogí este que fue el que me gusto en ese momento. Estaba muy oscuro por el paso del tiempo, lo limpie un poco y lo empecé en un lienzo que ella me dio de una sobrina que empezó a pintar y más tarde lo abandono. Es el más grande que he hecho en mi vida. 
Me gustó copiarlo por que a pesar de lo estropeado que estaba se distinguían los colores y yo nunca había copiado de una pintura  natural. 
Es completamente diferente a pintar de fotografía de pinturas y no digamos ya de fotocopias de estas fotografías. 
No hace mucho le pregunte a mi hermana por los cuadros y me lleve un pequeño disgusto al enterarme que mi cuñado los había dado entre otras cosas que no le servían.
Me hubiera gustado tenerlos para copiarlos, se veían perfectamente las pinceladas y se podía aprender de ellos. 
Espero que si alguna vez se deshace de algún cuadro viejo me pregunte si lo quiero para copiarlo.
Este paisaje con la casa junto al río, las dos ovejas lanudas y el muchacho pescando, lo hice en casa sin asesoramiento de profesores, el lienzo era muy grande para traer y llevar al taller, así que me puse la tarea de hacerlo sola con lo poco que sabía, no conseguía darle profundidad al camino ni caída al desnivel así  que cuando me canse de intentarlo lo di por terminado.
A mí hermana parece que le gusto, lo enmarcó y lo colgó en su casa.
Y a mí me agrado hacerlo, tiene una bonita composición que es lo importante en una pintura, y los colores eran de los que me gustaban y solía utilizar en mis pinturas.

Marinela







El pueblo árabe

Esta pintura la he llevado hoy día veintiuno de mayo, con otras dos hechas este año con mi profesor Vicente Regidor a la exposición del distrito, para exponer con todos los compañeros de curso en el distrito de Los Remedios , que está en c/ República Argentina nº 25 planta 3º 
Este cuadro, desde que ví la fotografía en una revista, me llamo la atención por el color y los personajes, era más alargada, le hubiera venido bien un formato de lienzo de paisaje, pero no lo tenia en ese momento, ni yo había pensado hacerlo, lo tenia reservado para cuando tuviera más practica, más que nada por las figuras que me parecían muy difíciles por las ropas. Lo llevaba entre otros más adecuados para este lienzo, pero cuando mi profesor lo vio, le gusto tanto como a mí y me animo a hacerlo. 
Con las casas no hubo problemas, cuando llegue a las figuras no sabia por donde meterles manos, pero Vicente, que en su humildad no ha querido que conozcamos su obra como pintor, me dio las primeras nociones. Hoy me han hablado de que es un gran artista y muy completo. Lo han alabado como persona y como gran pintor. Todos le queremos y apreciamos el interés que se toma en enseñarnos.
A esta pintura, le quite algunos personajes y les puse otros, uno de ellos no tiene cara, un día queriéndola mejorar la borre y se quedo así. 
Esto me lleva a la reflexión, de que la mayoría de seres de este mundo es invisible para la otra gran mayoría. 
Los que tienen, no ven a los que no tienen. Este hombre sin cara representa a todos aquellos que viven fuera de nuestros intereses, aquellos que materialmente no pueden aportarnos nada, hacemos que se hagan invisibles antes nuestros ojos, no queremos sufrir viendo el sufrimiento ajeno, con verlo en las televisiones, sentir el morbo que provoca ver las desgracias ajenas y apagar el aparato en el momento en que alguna de la fibra de nuestro ser se conmueve, cumplimos con la sociedad, con los desposeídos, con los invisibles.   
    


   

La charca

Esta pintura tiene seis años, creo recordar que también fue un año de lluvias, puede que no tanto como este, pero también hubo riadas y muchos campos se anegaron como el de esta fotografía de la que saque este cuadro. 
Venia en un periódico como noticia y a mi me gusto y la recorte y guarde, hasta que un día me dio por pintarla.
No se que clase de árboles eran, tenían unas hojas menudas pero no tenían la forma de los olivos.
Me hubiese gustado que quedara más definida la variedad de árboles que he pintado, pero no tengo ni idea como se pueden llamar ni a la familia a la que pertenecen. Tampoco yo he sabido darle las formas correctas para averiguar que árboles son. Ya no creo que tenga tiempo ni memoria para aprender a pintar árboles con la personalidad de cada uno.
Lo pinte sola en casa, sin los consejos del profesor.
Pero bueno, ¡que más da! a mi lo que me gusto fue el agua que servia de espejo y la composición del tema.








El algodón de azúcar

Ayer tarde fui a Tomares, estaba el día nublado y me encontré con este cielo de nubes, las bajas, oscuras como para descargar su agua, y las blancas parecían algodones dulces, ¡sí, de esos de las ferias! Ahora los tiñen de rosa, pero cuando yo era niña, todos eran blancos. ¡Como me gustaban y me gustan! Metía la cara en el algodón y al retirarla me traía un bocado y un pegote en la nariz pegado. Me daba risa y disfrutaba de lo lindo con solo aquel palo, envuelto en aquel algodón dulce y pegajoso que me dejaba las manos pegadas sin poder tocar nada, me chupaba los dedos intentando quitarme el azúcar, así hasta llegar a la caseta donde me las lavaba. 
¡Que pena! que poco tiempo duraba aquel sabor dulce en mi boca, pero más pena me da, que gustándome tanto, no sea capaz de compradme uno cuando veo un puesto de algodones, pero se por que es; me veo con el pegote de algodón en la nariz y las manos pegajosas. 
¡Ahora que lo pienso! En algún sitio de por aquí, he visto un algodonero, echaré toallitas de esas mojadas en el bolso, y la próxima vez me compraré uno ¡Lo prometo! Cerraré los ojos y me trasportaré a la feria de abril, a mis siete años, cuando me comía el algodón.


Las flores copiadas

  No hace mucho, navegando por Internet di con un vídeo de un pintor que enseñaba como se pintaban las flores, viéndolo parecía facilísimo y me acorde de este cuadro y del trabajo que me costo copiarlo. No encontraba la manera de dar forma a estas flores y conseguir que fueran todas diferentes, notándose la  variedad de plantas que había en el jarrón.
Con mucho esfuerzo y muy desanimada, fui dando pinceladas, intentando copiar lo que tenia delante de mis ojos, una fotocopia, toda desvaída en color y contrastes. Los colores no eran los míos, los copie lo mejor que pude, pensando que el original seguramente tenia un colorido más fuerte, así que les subí un poco el tono a las flores y hojas para que no quedara tan apastelada la pintura.
La vida es como la pintura, hay que usar el pincel con las emociones, cuando estas se oscurecen, hay que poner un poco de color y un poco de luz para no agobiarnos con la oscuridad.
El cuadro de la vida nunca esta pintado a gusto de todos, pero en nuestra privacidad cada uno es libre y tiene la opción de dar pinceladas de diferentes colores a aquello que este en nuestra mano y que podamos cambiar, empezando por uno mismo, es difícil pero no imposible si se pone voluntad.


La copia del otro

Este es otra de mis pinturas, y esta fue la segunda vez que copiaba este motivo. A mi hija mayor le gusto el primero que pinte y me pidió que le pintara uno para ella.
Como soy muy mala copiadora, no salio igual que el primero, pero a ella le gustó y se lo llevo para su casa.
La fotografía, esta regular, no consigo hacer las fotos de los cuadros derechas, y es por culpa del gran angular, según tengo entendido. O soy yo que no consigo encuadrar bien a pesar de la cuadricula que le tengo puesta a la pantalla de la cámara, la mía es muy sencilla, y pocas cosas puedo cambiar.
Hecho de menos las fotografías que hacíamos antaño con nuestras cámaras réflex, aquellas que se les cambiaba los objetivos, o no se les cambiaba, pero si tenían las opciones de cambiar la velocidad y el diafragma, y puede que algunas cosas más que ya después de tantos años no las recuerdo.
Lo que si tengo claro es que íbamos a todas partes con las cámaras de fotos y nuestro carretes en blanco y negro, después revelaba la película mi esposo y entre los dos las pasábamos al papel en el laboratorio improvisado, que en cada casa a la que nos mudábamos por motivos de trabajo, montábamos.
Era nuestro hobby, nuestra distracción, para aquella época que pocas distracciones teníamos en los pueblos. Hablo de 1973, que fue cuando le compramos la ampliadora a nuestro vecino Manolo quien nos aficiono a esto de revelar nuestras propias  fotografías.
La fotografía lleno muchas de nuestras horas y días de descanso, gracias a ella conservo muchos momentos de reuniones familiares y las imágenes de mis hijos conforme iban creciendo.
Hoy con las cámaras digitales es distinto, no tiene tanta emoción como cuando te entrabas en el cuarto oscuro y encendías la luz roja. A través de la lente de la ampliadora, atravesada por una fuerte luz, veías las imágenes en negativo, y después de unos minutos bajo la luz, dejabas el papel dentro de la bandeja donde estaba el revelador y observabas como salían las imágenes en positivo sobre el.
Muchas veces, los pocos minutos de espera se convertían en alegría de ver una buena foto, otras en frustración, la foto era mala.
Eso nos pasa con muchas personas, al conocerlas les hacemos una fotografía mental y hasta  pasado un tiempo no vemos si es buena o nos equivocamos.