El pozo


El día que vi la fotografía de este cuadro, estaba con mi madre, ella, leía un periódico y como todos ellos, traía un suplemento donde, en la portada de este, venía la imagen de un pozo excavado en un muro de tierra, con un cubo hecho de zinc atado a una cuerda de cáñamo y esta pasada por el carril hecho de hierro que colgaba de un gancho en la pared.
Nada más verlo supe que quería pintarlo.
La fotografía era plana, apenas tenía contraste, solo sobresalía el agujero negro de la boca del pozo, el carril y el cubo viejo y enmohecido.
Me pareció que seria fácil pintarlo, pero no fue así, darle la profundidad al muro me llevo varios días, al igual que el brocal donde se apoya el cubo.
No sé muy bien que es lo que me atrae tanto de esta imagen, ¿recuerdos de la niñez del pozo de mi casa? cierro los ojos y veo a mi madre sacar cubos y cubos de agua de aquel pozo, que aun en los veranos mas calurosos nunca se agotaba para regar los arriates que rodeaban todo el patio. A pesar de ser el agua salobre, no servía para beber, las plantas estaban preciosas. Las gitanillas, colgadas a más de metro y medio del suelo, llegaban los tallos llenos de flores de todos los colores casi a este, la buganvilia era una explosión de color y los jazmines y la dama de noche impregnaban con su perfume toda la casa.
Recuerdo que cuando el sol se ponía encima del pozo, yo cogía un espejo e iluminaba el fondo de el, esperando descubrir en aquel agujero tan profundo y negro, una cueva donde alguna persona en un tiempo lejano, pudiera haber escondido un tesoro. ¡Que imaginación! cosas de la infancia.

Marinela

El Amor

                              Entre la niebla espesa baila el corazón,
a la llegada de pasos suaves con zapatos de tacón.

Tímida y cálida la mirada que en él se posa,
 ella... apoyada en la entrada de la alcoba.

Sus ojos se abren, se cruzan las miradas llenas de anhelos y
 deseos reprimidos durante largo tiempo.

Sus cuerpos desnudos ya en el lecho descansan,
 cumplido el sueño de los enamorados... sobran las palabras.

Las manos cálidas acarician y hablan.
 Abrazados, sus labios sellan el amor consumado.

Marinela

La soledad.blogger.com




La soledad del anciano
Reflexiones

La soledad del anciano (Pintura al óleo en tabla)


Así he querido titular esta pintura. Esta firmada y fechada en el 2001, cosa rara ya que desde hace unos años no lo hago, si acaso, las firmo por el reverso cuando las llevo a las exposiciones colectivas de los talleres. Por eso muchas de ellas no se en el año que las pinte
Hace un tiempo, en los viajes, en las visitas a mi hija en Málaga, me paraba en todos los kioscos buscando las tarjetas postales, en ellas encontraba casas, jardines y cosas típicas. Una de ella es la de este cuadro, esta mujer anciana sentada en los escalones de su humilde casa. La ventana debí de suprimirla, la perspectiva esta mal y se ve raro, pero en aquellos momentos no lo pensé y así se quedo.
La mujer parece cansada, con su mano apoyada en su mentón sostiene la cabeza, que, quien sabe que pensamientos pululaban por ella, ¿tristes, resignados, recuerdos de su juventud, de sus seres queridos, aquellos que se fueron para siempre? U otros que estando cerca, están lejos en la cercanía, no lo se. Cuando se ve una imagen así, se reflexiona se empatiza y se siente lo que en aquel momento puede sentir esa persona. Compré la tarjeta, al contemplarla vi mucha soledad. La soledad del anciano.