Río entre piedras


No recuerdo el año que hice esta pintura. La escogí por el colorido y el riachuelo que corría entre las piedras. Está pintada en tabla y no es muy grande. Al principio y durante muchos años le tuve mucho respeto a pintar cuadros de gran tamaño, así que tengo guardados una buena colección de pinturas pequeñas.
Este es un paisaje americano, sacado de fotografía y hecho por mí en casa cuando pintaba todos los días.
Este año como muchos de estos últimos, me hice el propósito de pintar en verano, pero con este calor que tenemos no me atrevo a ponerme por el olor del aguarrás y no poder abrir las ventanas. En estos días de temperaturas de cuarenta grados, hay que tener la casa cerrada a cal y canto, persianas echadas y aún así la casa está en semipenumbra, la luz en la calle es muy fuerte y entra por cualquier rendija.
Para salir hay que hacerlo por la mañana, el día que corre aire se puede soportar pero cuando viene este de África, no hay quien aguante. Por eso los sevillanos son tan aficionados a las playas. Yo prefiero quedarme en casa con mis comodidades y distracciones y no meterme en la carretera abarrotada de coches y las playas donde no cave ni un alfiler más.

El pequeño costalero

  Buscando entre mis fotografías para subir al blog, me decido por estas que hice el día uno de mayo de este año, el día de las cruces. Esta es una costumbre que yo conozco aquí en Andalucía, puede que la haya en otras partes de España y hasta fuera de ella, no lo sé.
Siempre que vi un "Paso" de estos, lo llevaban chiquillos de diez a trece años y hecho por ellos, un cajón con patas, unas telas colgando, una cruz y unas flores, seguramente regaladas por sus madres y vecinas. 
Cuando era  pequeña, recuerdo haberlos visto más humildes aún, no tenían ni telas, la cruz era muy rustica y las flores del campo. ¡Pero cuanta ilusión la de aquellos niños! El "Paso" era tan pequeño que no cabían debajo y entre cuatro lo llevaban por las patas, puestas muy rudimentariamente mientras que otro hacia de capataz. Nunca iban más de cinco o seis, el sexto solía llevar una caja de cartón colgada con una cuerda a modo de tambor y dos palos con los que iba intentando sacar sonidos a su rudimentario instrumento musical.
En todo el centro de Sevilla, en la misma  La Campana, vi este "Paso de Cruz". Lo que atrajo mi interés fue, primero la música que le acompañaba y que me hizo mirar hacia donde sonaba, al levantar la vista me tope con la cruz y al bajarla me encontré con este pequeñajo, que no tenia más de cuatro años y que parecía que su manita estaba pegada a la pata del "Paso". En todo el tiempo que estuve haciendo las fotos y que tardaron en pasar La Campana, no se soltó para nada, seguramente su papá que iba a su lado se lo recomendó y el peque muy obediente le hizo caso. 
Me quedé hasta que marcharon, pensé en cómo los padres inculcan a sus hijos las costumbres del  pueblo, de su gente, de su semana santa, ellos son los que hacen que sigan vivas las tradiciones.

  


Río color tierra

Este año no me he portado mal, este es otro de los cuadros que he hecho, es la pareja del anterior que subí.
Es pequeño y copiado de una pintura de Carlos de Haes. La fotografía es pequeñísima, así que es más  una copia del motivo e interpretación, que una copia en sí.
El agua del río lleva el color rojizo de la tierra, una fuerte tormenta arrastra esta al agua tiñéndola de su color.
Está pintado en madera y hecha en pocas horas, si echara más tiempo, me aburriría y echaría a perder la pintura, no seria la primera vez que me pasa.




Buscando el mar

Hace seis años que hice esta pintura. Después de ver en Málaga una exposición del pintor Carlos de Haes, me quede prendada de su pintura y de sus cuadros casi miniaturas muchos de ellos.
A la entrada me dieron un programa o publicación donde venia su biografía y fotografías de sus pinturas, entre ellas venían esta y otras que ya he subido al blog, aun me queda otra que he pintado este año para hacer pareja con esta y que he regalado a una de mis hermanas. 
Como siempre me pasa, de esta pintura me atrajo su cielo y su agua.  El cielo tormentoso reflejándose en el río y este con su corriente caída en buscar del mar, refleja los colores del cielo como queriendo que el mar se impregne del color de aquel lugar.
Como muchos de mis cuadros está hecho en casa, en una época en la que pintaba todos los días, en el taller tenia uno, y en casa hacia otros.